-Me quedaría aquí para siempre -musita el muchacho mientras observa el transcurrir de la tarde con una cerveza "el gallo" entre sus manos-. ¿Por qué no?, este lugar resulta tan apacible...
-Tan apacible como aquel de donde vienes. Es cuestión de los ojos con los que miras, no lo olvides- reflexiona ella en alta voz.
-Sí, pero a la que te das cuenta... la vida se pasa -insiste el chico sin convicción- y... si puedo traerme un puñado de gente hasta aquí, yo me quedo y tú también.
-De cuerdo -asiente ella-, yo también. Y ahora vamos a dar un paseo.
-Venga- dice tras despachar con reverencia el último trago.
4 comentarios:
hola, ya veo que os lo tomais con tranquilidad,asimilando, cada palabra, cada sitio, se nota que estais impregnados de esa armonia, incompatible con el hacer cotidiano.rosa
Yoohoo! Creo que ya estoy aqui - gracias a profesora de blogging! Bueno no voy a perder mas tiempo e ideas por si a caso...
Recuerdos de Mino, que está cumpliendo con su tarea de Gato Guardian.
Publicar un comentario